Aislados, pero locos por el fútbol

‘La gran final’ narra las peripecias de las tribus del Amazonas, del Sahara y de Mongolia para ver el Mundial de 2002.
Un indio con una tele en la selva de Brasil intenta ver la final Alemania-Brasil, en una escena de la película.
Un indio con una tele en la selva de Brasil intenta ver la final Alemania-Brasil, en una escena de la película.
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Un indio con una tele en la selva de Brasil intenta ver la final Alemania-Brasil, en una escena de la película.

Una caravana de tuaregs en el desierto de Níger, una tribu de indios en la selva amazónica y un grupo de nómadas en medio de la nada en Mongolia. Todos hacen lo imposible por ver la final entre Alemania y Brasil del Mundial de Japón y Corea de 2002.

Es el hilo argumental de La gran final, una comedia que se estrena el viernes. Se trata del primer largometraje del director cordobés Gerardo Olivares.

«La película está a caballo entre el documental y la ficción. La parte que refleja cómo se vive en estos tres lugares es real, yo inserté la historia del fútbol», explicó Olivares ayer al presentar la película en Madrid.

En sus 15 años de viajes por el mundo para hacer documentales, Olivares ha  visto la pasión que levanta el fútbol. «Una vez, después de 11 días de caminata, llegué al Himalaya y a 4.500 metros de altitud había una foto de Ronaldo al lado de una estatua de Buda».

Jefes de tribus y actores

Olivares ha podido rodar La gran final gracias a su amistad con los jefes de las tribus, que son sus actores. «No habían visto una cámara en su vida. Con el guión como base, les explicaba la escena y ellos la adaptaban a su cultura», aclaró.

«Nunca filmaba más de tres tomas, para que no sobreactuaran». El resultado es una película original y divertida.

Nómadas que ven culebrones

Gerardo Olivares pensó en el argumento de la película en 2001 durante un viaje a Mongolia. «Vi a una tribu de nómadas que, entre su equipaje, llevaban una televisión. Les pregunté para qué la querían, y me dijeron que iban a conectarla a una estructura de hierro para ver un culebrón ruso. Entonces, se me ocurrió la idea». Olivares cree que la «televisión es una ventana al mundo», y cuenta como, en Mongolia, las tribus han cambiado sus rutas para seguir los postes del luz y ver la tele.

El cine más futbolero

‘Quiero ser como Beckham’: La directora Gurinder Chadha sorprendió en 2002 con una comedia sobre una joven india obsesionada con el fútbol. Su familia, afincada en Londres, se negaba a que jugase. Arrasó en el Reino Unido y en otros países.

‘El penalti más largo del mundo’: El director Roberto Santiago convirtió en 2004 a Fernando Tejero en un portero aficionado. La suerte hace que su vida gris cambie gracias a un partido. La fórmula de comedia funcionó: superó el millón de espectadores.

‘Días de fútbol’: Recaudó 11,3 millones de euros y tuvo 2.350.000 espectadores en 2003. David Serrano contó para su opera prima con Alberto San Juan, Ernesto Alterio, Natalia Verbeke y María Esteve, entre otros. Ellos aliviaban sus problemas con el fútbol.

Y también... ¡¡Kubala!! Los ases buscan la paz (1954), de Arturo Ruiz Castillo, con Kubala como actor (foto de la derecha). La vida sigue igual (1969), de Eugenio Martín, con Julio Iglesias de jugador. Las ibéricas F. C. (1971), de Pedro Masó, con Rosanna Yanni e Ingrid Garbo, sex symbols de entonces. Evasión o victoria (1981), de John Huston, con Pelé en el reparto.

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